Escuela en Ciudad de México

Crear un nuevo espacio para una escuela en la Ciudad de México, cuyo fundamento pedagógico es la “educación transdimensional”, requirió un proceso que fue considerando paso a paso conceptos como la acción-reflexión, la transparencia, la funcionalidad, la flexibilidad y el balance; a través de estrategias de interconectividad, tecnología, complejidad y transdisciplinariedad.

En la propuesta arquitectónica, el estudio de espacios y atmósferas, el juego de luces y sombras, son las primeras impresiones que los estudiantes perciben acerca de lo que ellos conocen como escuela. El edificio reconoce el derecho de los alumnos a la seguridad, la confianza, la iniciativa, la identidad, el desarrollo humano ético.

El proyecto se define a través de un juego de sólidos y vanos acompañados por patios y terrazas que permiten la entrada de luz y ventilación a las aulas y pasillos, al mismo tiempo que promueven la observación de la naturaleza. Los pasillos se convierten en lugares de encuentro y aprendizaje, son transiciones amplias que conectan el programa arquitectónico, definidos principalmente por aulas o espacios generosos y dinámicos.